Allá a fuera hay un universo lleno de ilusiones, dentro de mí hay una galaxia de posibilidades.
Despierto y desayunó en la cama , frente al espejo me doy los buenos días y sonrió. Hoy será un gran día , no me cabe duda.
Las musas me envuelven y me dan calor , allí está mi pincel , allí estoy yo, mis recuerdos y mis planes , mi presente, mí yo sublime…
Gritó y yo lloro , sufro, hago un berrinche Infantil y abrazando mi alma, comulgo con todas mis versiones.
El día se va, el alba trae paz, la felicidad se conjuga en ese momento ,veo el tren pasar, veo mis retratos, y cuando sirvo el café sonrió , al fumar el último cigarrillo el humo se lleva mis mentiras. Entro a la ducha, el agua cae sobre mí cuerpo, ayer fue peor , hoy es bueno, mañana será maravilloso.
Comprendí que la vida es así, me fumo las amarguras, me bebo la miseria. Solo allí empieza el día.
Desayuno con el ahora, respiro la maravilla de estar vivo , siento la textura de la comida, bebo el café y la puerta del metro se abre, es una invitación a sentir el placer de vivir, no necesito el regocijo de la alegría, solo la embriagante luz de aceptarme. Mis manos actúan con diligencia, mis pies caminan con presteza.
Estoy bien , estoy conmigo , me relato historias fantásticas, me pierdo en disertaciones filosóficas , se va la fatiga, se va la triza. La vida es claro y oscuro. El reflejo en el espejo me regala una mirada coqueta…
Sí es cierto como dijo Shakespeare que, el infierno ésta vacío y todos los demonios están aquí. Sí es verdad como decía nieztche y, hay un poco de locura en la razón. Sí el cigarrillo mata y tú ausencia es estar muerto en vida. Si la única verdad es que no hay una , y como dijo el ilustre griego: “Solo sé que, nada sé.” Transitar se vuelve absurdo, es como caminar por la senda tortuosa del Hades , sometiendo al alma al sufrimiento del purgatorio, todo para llegar al noveno círculo y no encontrar más que , un simple espejo. Porque así es la vida y así debe ser la muerte.
No hay demonios en el infierno, ni infierno al cuál ir, todo está aquí, en alma, vehículo, camino y destino…
La locura se convierte en la epifanía, único medio para alcanzar la razón en un mundo de verdades establecidas, dogmas protistuyendo la verdad en honor a las causas convenidas.
El cigarrillo mata el cuerpo, pudre los pulmones, marchita la piel. Pero tú ausencia quema el alma, entorpece los sentidos, estrangula la garganta y provoca el llanto silencioso. Todo para darme cuenta que, no faltas nada menos que yo.
Entonces solo sé que, nada puedo saber , porque ni siquiera sé quién soy yo. Y llegó a mí cita con Plutón, me siento en el trono vacío y no hay nada más… Solo estoy yo mirando una vez más al absurdo abismo
