La vida es una sola y es limitada

La vida es una sola y es limitada

La vida es una sola y es limitada, mientras que la muerte es eterna, cada día que pasamos es un día que luchamos por seguir con vida, estamos en este mundo para sacar lo mejor de nosotros, somos cada uno un mundo diferente, es por ello que chocamos con cada persona que tiene un ideal o pensamiento distinto a nosotros, la moral, el criterio y lo demás hacen parte del ser humano, ya nosotros somos quienes escogemos si es la abundancia o la falta de ello, este tatuaje representa la guerra interna que manejamos dentro de nosotros, el dolor la angustia, el día a día, el miedo al desamor, el rechazo, el miedo a fallar, y sin embargo damos nuestro mayor esfuerzo para no decaer y otras veces simplemente caemos y ya.
“El mundo como un tablero de ajedrez”
En cualquier parte del mundo, la vida nos pone pruebas y situaciones que nos hacen crecer, y como en un tablero de ajedrez nos volvemos las piezas de este juego por vivir. Estan los que juegan a ser “Rey” sentados viendo como todos a su alrededor se desviven para subsistir mientras ellos solo se enriquecen y solamente actúan y dan la cara cuando peligra su posición, dando solo 1 pequeño paso; otros son como la “Dama”, se mueven en todas direcciones, no les importa los sacrificios de los demás, sino solo avanzar destruyendo con todos los que se interpongan en su camino, son falsos e hipocritas y viven a los pies del “Rey” rindiendole como un perro fiel; los que actúan como “Arfíl” se ocultan en las sombras y se desplazan siempre evitando los problemas y la realidad, sin tener el valor de ir en linea recta y afrontar la vida; los que se cren “Torres” aparentan una fortaleza sobrehumana y se enfrascan en una sola cosa, andando siempre en una dirección; los que son como el “Caballo” salen al frente de las adversidades dando 2 pasos pero al 3ro se apartan, a veces para huir y otras para conseguir su objetivo. Y finalmente, lo que somos todos, un simple “Peón” de este cruel juego, “La vida”; supuestamente somos insignificantes, pero… Sin nosotros no existiria ni fuera posible el juego, ya que somos los que siempre estamos en 1ra linea, sin importar que “Pieza” se encuentre frente a nosotros, jugando con inteligencia le damos “JAQUE MATE” hasta a un “Rey”

La vida es una sola y es limitada
La vida es una sola y es limitada

Humildad y buena predisposición
Una de las cosas que más me agrada haber hecho en esta vida, es la de escribir un diario desde una edad temprana, es tanto lo que creo que me ha aportado. Repasando ahora, concretamente hechos ocurridos hace treinta años, me doy cuenta de cómo era entonces y, además de los aciertos y fallos que pude haber cometido; más destacaría los defectos y virtudes que tenía y aún tengo. Hay una virtud, y no quiero decir que entonces la tuviera, pues si no la tengo ahora, difícilmente la tendría entonces, me refiero a la humildad. No será la reina de las virtudes, pero si no existe esta, no existe ninguna otra. No es la primera vez que me intereso por esto, recuerdo que ya hace tiempo quise saber el significado y lo que representaba esta palabra, y creo recordar que S. Francisco de Sales decía lo siguiente: «la humildad es una virtud que consiste en ocultar la muy alta opinión que tenemos de nosotros mismos y la muy baja de los demás». Dicho de otra forma, en dejar de alabarnos a nosotros y criticar a los demás; o también se podía decir que la humildad es lo contrario de la vanidad y la murmuración. Me he puesto a escribir sobre esto, porque como he dicho, al leer lo que me ocurrió hace treinta años, narraba una discusión que tuve con uno de mis mejores amigos y, según decía, parece ser que era culpa mía. Lo de la culpa en este momento es lo menos importante, pues, aunque no fuera mía, si hubiera sido humilde, me hubiera callado solo por el mero hecho de no molestar a mi compañero. Leí también, no recuerdo cuándo ni dónde, que la mayor riqueza de una persona es poseer un buen carácter, aunque difícilmente se puede conseguir si no se tiene humildad. Amigos míos, pongamos empeño en cultivar la humildad, sin lugar a duda, ella va a marcar el grado de felicidad que conseguiremos en esta vida. Recuerdo un relato que me llamó tanto la atención, que hasta me lo aprendí de memoria y honestamente he de decir, que me ha hecho, si no humilde, pues es mucho lo que aún me falta, sí a ser menos vanidoso. Es el siguiente:
La humildad para con el prójimo.
Hemos de procurar ante todo, no tener aspiraciones desordenadas de honores o estimación, ni de todo lo que es grandeza human. Y no sólo esto, sino que hemos de reconocer con gusto la superioridad de los demás, sin pretender ser más ni sobresalir; conformándonos con estar menos atendidos; sino, entra la envidia que tanto daño hace a la vida espiritual.
Hemos de vencer nuestra tendencia a gobernar y enseñar a los demás a querer que se siga nuestro criterio; al contrario, procura ser dócil en que te guíen y aconsejen, y hasta si es menester, te amonesten y reprendan; por aquí va el humilde de corazón. Sta. Margarita de Alacoque
Dicho esto, quiero hacer hincapié en otra buena facultad que tanto nos va a ayudar a mejorar nuestra relación con nuestro entorno, y también con nosotros mismos. Me estoy refiriendo a la buena predisposición. Por poner un ejemplo, en la vida de pareja, lo mismo el marido que la mujer, cuando llegan a casa con una buen talante, no es extraño que haya un clima agradable en ese hogar. Sin embargo, si uno de ellos está enfadado y, en lugar de controlar ese mal estado interior, trata de descargar ese enfado sobre su pareja, que duda cabe que ese hogar será un lugar de difícil convivencia. Y no quiero referirme solo a una relación de pareja, la buena predisposición es esencial en todo tipo de relación, tanto de pareja, como de amistad, de trabajo, etc.
Merece la pena esforzarnos y hacer de ellas, tanto de la humildad como la buena predisposición, un hábito que nos llevará a ser feliz. Ya sé que con ser solo buena persona no come el cuerpo, pero sí el corazón y eso quiere decir que ya tendremos recorridas las tres cuartas partes del camino hacia la felicidad.

«No hay mayor ciego que el que no quiere ver», ni persona más desgraciada que el que se empeña en no ser feliz ¿Por qué digo esto? Todos sabemos, de una forma más o menos clara, lo que hay que hacer para ser feliz: dejar de pensar solo en nosotros y preocuparnos también por los demás; dicho de otra forma, compartir. Y la vida me ha demostrado como cuando tenemos mucho, cuanto más tenemos más egoístas nos volvemos; y, lo que es peor, utilizamos eso que nos sobra en perjuicio nuestro: comilonas, borracheras, lujos o frivolidades. Pongo por ejemplo este caso: hace poco se murió una persona y en su entierro contaron que tenía cinco mil sombreros. Llega un momento que perdemos el buen rumbo y, en vez de intentar ser felices, nos obcecamos con llegar a alcanzar un éxito que cuando lo conseguimos, nos damos cuenta que en vez de ayudarnos, este nos lleva a perder por el camino lo más importante: la familia, las amistades, etc.


“Qué es para ti el infierno?”.

A lo largo y ancho de la Historia, se nos ha vendido una imagen popular de cómo podría ser el infierno. Un lugar, al que podemos ir a parar los humanos, después de ser juzgados y después de ya muertos.
Un lugar gobernado por Satanás y sus demonios. Situado en algún lugar no se sabe dónde, debajo de la tierra…? Lleno de llamas y calor axfisiante. Con grandes calderos, repletos también de hombres a los que se les inflige gran dolor, con ayuda de esos demonios. Sin embargo, en esa cultura popular últimamente se le ha añadido un componente muy curioso. Muchos podemos ir al infierno a pasárnoslo bien.
Allí podremos estar a nuestras anchas y divertirnos de lo lindo. Será un lugar de camaradería con los demás, dónde tendremos diversión infinita y asegurada…
Visto esto, muchos creen que es mucho más interesante ir al infierno que ir al Cielo, ese lugar debe ser muy aburrido. Allí sólo van los que son buenos y tienen que seguir diariamente unas normas… Sin duda, el infierno es mejor.

Especular sobre cómo es, o será el infierno tiene sus problemas. Bíblicamente no se nos da una descripción física exacta del lugar. Cada cual podría hacerse una idea de cómo será.
Pero después de leer lo poco o suficiente, que en las Sagradas Escrituras se habla de tal lugar al que iremos después de ser juzgados conforme a la vida que hemos llevado, creo buena parte de los cristianos llegamos a la certeza de que al infierno no iriamos a pasárnoslo bien.
En primer lugar, cada cual estará sólo, nada de compañías y entretenimiento. Soledad absoluta. Irremediablemente y para siempre. Soledad eterna.
Y lo más importante, sin Dios. En ese momento no es que sintamos que nos hemos separado, como hicimos voluntariamente de Dios cuando estabamos vivos, cuando le dimos la espalda pero sabíamos que Dios aún seguía cerca, que aún podíamos volver a El.
En el infierno sentiremos y llorarémos su total ausencia. Dios no puede estar allí con nosotros.
Dios ya no va a venir allí a rescatarnos. Nunca…
Soledad eterna, sin Dios, sin remedio, sin consuelo. Y así, infinitamente y para siempre.
Realmente, no me parece divertido.
Me parece triste.
Está en nuestras manos aún la decisión…

No es el Fin.

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